La más reciente edición de ARTBO nos habla de los sentires de artistas nacionales e internacionales en un periodo de agitación y ansiedad global

Por Maria Camila Alarcón

En tiempos de guerras, inflaciones exacerbadas, crisis políticas dentro de los países, y creciente ansiedad por una crisis climática cada vez más visible; la más reciente edición de ARTBO 2023, demuestra que la naturaleza entendida desde distintos códigos culturales, los lazos generacionales y ancestrales, y en definitiva la compasión por uno mismo y con el otro para sanar; son los mejores refugios elegidos en estos tiempos tanto para asimilar todo lo que ocurre en nuestro entorno, como para soportarlo.

Aquí, 4 tendencias que nos sumergen en el complejo mundo de hoy y nos permiten trascenderlo:

ESTAMOS HERIDOS & NECESITAMOS SANAR: LA EXPRESIÓN ES EL CAMINO

A veces pareciera que la humanidad no pudiera soportar tanto dolor: enfermedades que no tienen explicación, guerras, destrucciones, e incomprensión por las actuales dinámicas sociales y la incomodidad que esto genera al interior de cada quien. En este contexto, la obra de Ana María Rueda de 380 cm x 115 cm en gaza y yeso, emerge como una metáfora de la necesidad de curación que como sociedad tenemos. El reto es sanar, a través de la expresión; y aquí nos encontramos con varias obras que nos hablan de ello: como la videoinstalación de Jose Alejandro Restrepo; “Respirar por la herida”, que a través de un cristo roto desprende una hemorragia de texto. Lo mismo sucede con la obra de “Lo que no se ha dicho” de Ana María Gutierrez, quien hace un esfuerzo por ir a sus propias memorias para descargar pensamientos y reflexiones en hojas de porcelana fría, que finalmente inmortalizan un proceso de sanación.

ENCONTRAMOS REFUGIO EN NUESTROS LAZOS GENERACIONALES FEMENINOS

La pandemia del covid 19 en definitiva no solo fortaleció los vínculos con nuestros antecesores más cercanos como abuelos y abuelas, sino que también lo hizo con los más lejanos en grado de consanguinidad, gracias a la búsqueda de alternativas medicinales naturales. Hoy por hoy, estos lazos se han fortalecido y se busca honrar y reivindicar los conocimientos de nuestros ancestros.

Así, nos encontramos con la obra de Sandra Monterroso, quien encuentra soluciones en recetas heredadas de su cultura Maya Q’eqchi, las cuales plasma en vestiduras realizadas en telar y tintes naturales para honrar saberes ancestrales y tradición textil desde una perspectiva eco-feminista. Del mismo modo, Joanna Martinez con su obra: “En silencio obligado resisto y existo con ella”, trae plantas que cobran vida a raíz de un mecanismo electrónico, y otras de sábila que se contienen en bolsas de mercado, para hablar de conocimiento y prácticas populares inspiradas en el legado de su abuela. Mientras que Yuli Cadavid, inspirada en las mujeres de su familia trae menjurjes medicinales con nombres como: “Esto es bendito” “Tómeselo con juicio y vera“ para discursear sobre el poder curativo que hay en los saberes ancestrales.

LA NATURALEZA COMO REFUGIO PARA REFLEXIONAR Y MEDITAR

En tiempos convulsos, la naturaleza es ese gran ser envolvente, en el que se encuentra paz, calma y espacio para residir y meditar. La actividad de la naturaleza para los seres humanos es cuestión de asombro; sus orígenes,sushuellasytrazos, sonmotivodeinspiraciónparacrear,yala vez son una suerte de espejo sobre el cual meditar cuestiones de diversa índole. En este contexto, destaca la obra de Jimena Croceri, quien al ritmo de las olas del mar, dibuja y libera emociones. Del mismo modo, Elena Damiani con su instalación “Relieve” demuestra su asombro por la fuerza de la naturaleza, con rocas ónix talladas a mano que dejan trazos sobre la arena para representar el paso del tiempo.

Bernardo Montoya, también inspirado en los procesos geológicos, y la actividad de los volcanes, trabaja con diferentes materiales que incluyen barro y metales para crear piezas únicas representativas de la belleza natural.

NATURALEZA: RESGUARDO ANIMAL Y SOSTENIBLE

Finalmente, entender la naturaleza desde la visión de comunidades indígenas y campesinas parece ser más necesario que nunca. En contraposición a nuestra visión occidental, que entiende la naturaleza como simple paisaje y en ocasiones como campo de extracción. Las cosmovisiones indígenas y campesinas giran en torno a la naturaleza como techo protector y nos acercan a la sostenibilidad de modo evidente y franco.

Para estas comunidades, la naturaleza posee su propia alma y corazón. De modo que no debemos extrañarnos cuando nos encontramos a plantas y animales cobrar vida mágicamente a través de la obra de Tahuanty Jacanamijoy o desde de la abstracción en la obra del maestro Carlos Jacanamijoy. Nuestros maestros indígenas son cada vez más respetados por sus saberes naturales y ancestrales. Pues, saber llamar árboles por su propio nombre cómo lo hace el maestro Abel Rodriguez del pueblo nonuya del amazonas con su obra, es todo un don. En definitiva, los saberes ancestrales sobre preservación no deben dejarse pasar cuando la tierra lo necesita; y así lo aplica Jose Ismael Manco, quien además de artista, es campesino y con sus más recientes obras promueve el legado de técnicas indígenas de agricultura ancestral y sostenible.